Yo crecí escuchando los cuentos que me contaba mi papá, me contó una y otra vez el Mago de Oz hasta que aprendí a leerlo yo. Recuerdo que aunque me sabía la historia de memoria no quería que la cambiaran, y que siempre quise ser como Dorita y tener amigos tan lindos. Crecí escuchando los cassettes de Wald Disney con todas las historias de princesas y aquellos con canciones que puedo cantar de memoria hasta ahora. Recuerdo que jugaba a que había un príncipe frente a mi y yo hacía una reverencia y extendía mi mano para que la besara. A los 5 años ya había escrito mi primera carta de amor a un niño llamado José, debo haber escrito todo lo que decían los cuentos sobre el amor y aquello que escuchaba de vez en cuando en las telenovelas mexicanas que veía mi abuela. Recuerdo que mi mamá encontró la carta y me dio una charla grande sobre que eso no era para niños o algo así, no volví a escribir nada romántico hasta que tuve 11 años. Durante los años siguientes leí varias cosas, en especial