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Mostrando entradas de agosto, 2013

De cómo llegué a una comisaría....

Salí yo del cine un día de semana y fui al paradero a tomar un carro para llegar a mi casa. Como siempre, sabes que te enfrentarás a un mal tráfico, a ir parada/colgada, a que te trate mal el cobrador, etc., pero nada me preparaba para lo que me pasaría esta vez. Llegué a la avenida y me encontré a un bus vacío para mi ruta y a su wachiturro amable cobrador llamando gente en la esquina :" Un sol cincuenta, un sol cincuenta, nos vamos directo. Un sol cincuenta, estoy avisando" El pasaje normal es de un sol veinte pero yo quería ir sentada y 30 céntimos más me pareció que no era la gran cosa. El carro pasó la esquina ya con los asientos copados y el eficiente cobrador empezó su tarea, pero oh sorpresa la primera pasajera decidió que no iba a pagarle un sol cincuenta sino solo un sol porque ella tenía su carnet de medio pasaje y nadie le quitaba sus derechos de estudiante, ahí empezó todo. El cobrador ofuscado ante la rotunda negativa amenazó con bajarla del bus y luego c

La Avita

Ella llego dejó Cajamarca a los 11 años y se vino a Lima "por un mejor futuro". Cuando imagino a una niña de 11 años viajando sola a una ciudad que no conocía, una ciudad sin la inocencia del campo, sin papá y mamá; se me escarapela el cuerpo. Ella era un niña de 11 años diferente a la niña que yo fui, a su edad ya se había encargado del ganado y de sus hermanos, sabía levantarse temprano a ayudar en casa, había madurado en cierta manera y lo que le esperaba la haría madurar mucho más. A casi cumplir 17 años llegó su primer hijo. Las cosas iban bien, tenía una chozita donde dormir, un trabajo y una pareja que la apoyaba. Se compró su primera máquina de coser y fue feliz  cosiendo como lo sería siempre que la veo hacerlo. Después de unos años las cosas dejaron de ir bien, la persona que se suponía era su compañero se despidió de ella y sus dos hijos. Ella pensó en muchas cosas, se sintió sola, creyó que sería difícil recomenzar, pero tenía dos niños que dependían de su fuerza

Cerrando capítulos I

Cerrar una etapa no es sencillo pero es algo que nos sobrepasa y no tenemos mas elección que despedirnos del camino que ahora ya no lleva ningún lado para tomar otro que tendrá sus propias aventuras y desventuras y que al final seguro también dejaremos para empezar otro. Es un ciclo natural cerrar capítulos para empezar a escribir uno nuevo, lo importante de los capítulos anteriores es que te dejan personajes e historias que perdurarán a través del libro o que te dejan la suficiente experiencia como para escribir cada vez mejor. Y todo esto viene de que cerré el sábado de manera simbólica una etapa más en mi vida.  Egresé de la carrera de economía en diciembre del año pasado, en medio de correr entre el trabajo y los cursos, la tesis para el bachillerato (sino medio año más y ya no daba pero ni una semana más), durmiendo poco, tragando todo lo que mi ansiedad me dictara #malditocerebrogordo y escapando de las clases para ir a comer y tomar alguito "ahora que ya se nos acaba