Les debe haber pasado alguna vez. Algo les sale mal o no les sale como quieren y se frustran. Bueno a mi me pasa a cada rato, tengo un problema serio con eso.
De niña me di cuenta que soy de las que se descorazonan rápido así que normalmente practicaba ponerme en el peor escenario, esperar lo malo antes que lo bueno, no abrigar esperanzas. Si las cosas salían mal, no me iba a decepcionar y asunto solucionado ;) o eso pensaba. La verdad eso me funcionó bastante bien por mucho tiempo, lo aplicaba a todo, incluso hasta a mis relaciones sociales. No sé muy bien cómo hallaba el equilibrio entre no esperar nada y aún así sacar fuerzas para hacer las cosas. Ahora que lo pienso al final es la esperanza lo que te mueve la mayor parte del tiempo. Con el tiempo me di cuenta que esa actitud me había ocasionado varios problemas y que peor aún, no siempre iba a poder cerrarme ante las expectativas.
Las cosas pasaron poco a poco, desde que empecé a confiar más en algunas personas y hasta a ilusionarme con ellas. Después de mi primera decepción fuerte me di cuenta que no quería dejar de sentir, quería tener expectativas y si no se cumplían, sentía que tenía la fuerza para superar el mal paso. Entonces algunas cosas en mi empezaron a cambiar para bien, fui entendiendo que no puedo esperar perfección en todo. No puedo esperar que mis amigos sean perfectos, que mis planes se hagan exactamente como los imaginé o que todo me fuera fácil de aprender. Aprendí que sí hay que esperar algo, que sí hay que confiar, que sí hay que mirar a esa meta como algo realizable; pero también que las personas cometen errores, que no podemos controlar todo y que a veces hay que cambiar la estrategia y empezar de nuevo.
Bueno y el punto de todo esto (ya me fui por las ramas queriendo poner contexto) es que he notado algo en mi que no me está gustando y que va ligado a lo que he escrito antes. Últimamente ando practicando el ser consciente, entender qué quiero, que tengo que hacer para tenerlo y todo eso. Y bueno, me ando observando para ver qué debo cambiar y hace poco noté que me ando metiendo cabe yo sola. Y es algo ligado a mi manejo de la frustración. Mi forma clásica de reaccionar ante algo que no me sale como yo quiero es enfurecerme conmigo misma, me estreso terriblemente, incluso mientras hago cosas que me gustan, sólo porque no las hice como yo quería. Y eso me trae un problema muy grande, me bloqueo y no me permito aprender ni vivir el momento. A eso me refería con el título de esto.
Hace poco saliendo de una clase de baile, me di cuenta de que salía con una cara de derrota terrible. Parecía el arquero culpable de ese autogol que terminó definiendo la copa, Y SOLO HABÍA SALIDO DE UN ENSAYO. Sí, de un ensayo. No de la final del campeonato de baile ni de una presentación. Tenía la energía baja, el ceño fruncido, la mueca de desazón y los ojos brillosos de cólera. ¿Cólera contra qué o quién? Contra mi misma. Así de simple, una tarde los pasos de baile se me complicaron y yo me había declarado incompetente para el baile. Me puse a pensar cuántas veces hice eso conmigo misma en otros aspectos y me di cuenta que habían sido muchas. Ahora mismo, mientras escribo esto, vuelvo a sentir la frustración, ese calor interno, esa presión en la sien y la tensión en el rostro y me avergüenza un poco. Me he dado cuenta de que no estoy viendo el proceso de aprendizaje como lo que es: un proceso. Que se me han quitado las ganas de hacer varias cosas en la vida, por lo menos durante un momento, sólo porque las cosas no se dieron como mi cabecita las había previsto. Que había desaprovechado tanto tiempo, mi preciado tiempo, recriminándome cosas en vez de alentarme a persistir sin importar qué. Que no me reconocí los "pasos de baile de la vida" que sí he hecho bien, que no me había aplaudido, que no había agradecido por esas cosas que se me hacían difíciles y que me retaban, que me obligaban a ser mejor.
Y ahora agradezco haberme hecho consciente de eso, porque ya sé en qué debo trabajar más. Porque he entendido que mi mal manejo de la frustración no me va a dejar avanzar y aprender. Y si hay algo que me encanta es aprender.
Así que aquí ando, escribiendo sobre cosas que a nadie le importa. Pero me sirve haberlas escrito porque ordena mi mente. Y porque extrañaba sentarme y desconectarme escribiendo cualquier cosa.
Y pues nada, hay que ir
DES-PA-CI-TO
PASITO A PASITO
:D
Comentarios
Publicar un comentario