Ir al contenido principal

¿Y si escribo un blog?

Hace unos meses una idea chiquita chiquita como yo se metió en mi cabeza: "Debo escribir un blog" pensé, mientras tejía en mi cabeza una reseña que pensaba colgar en mi fotolog, planeaba que la reseña fuera larga y eso hizo que me desanimara subirla a esa página debido a que el número máximo de caracteres nunca fue muy grande. Esta idea chiquita empezó a ocupar gran parte de mi pensamiento y entonces aquí estamos.

La verdad la idea de escribir un blog es simplemente el retrato de algo que empecé a hacer en el 2008 cuando creé mi cuenta en fotolog, quería escribir en una red en donde nadie me conociera, poder escribir lo que quisiera sin tener temor a que mis padres encuentren mis hojitas escondidas en un libro o en los cajones de mi cuarto, y que no se perdiera esos apuntes como pasó con muchos de los cuadernos que llené de niña. Y al final me terminó gustando que me leyera gente extraña, no muchos realmente porque en todo este tiempo solo agregué a un chico argentino como "amigo" y solo podrían ver mi flog aquellos que entraran de casualidad.
Este sitio será algo así, un cuaderno donde apuntar reflexiones, hacer reseñas de libros, contar historias, de todo un poco como normalmente es la vida de una persona ordinaria. Quizá alguna historia los identifique, quizá reneguemos juntos, nos unamos por alguna causa, quizá leas y rías recordando una situación parecida.... O quizá pases por aquí y simplemente no te importe lo que leas y estará bien porque realmente este lugar está pensando para guardar aquellas memorias que no quiero perder y de paso sentir que las cuento a amigos muy lejanos, como diría mi autor preferido "Siempre contarlosiempre quitarse esa cosquilla molesta del estómago".....

¡Bienvenidos!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un día cualquiera

Un día cualquiera, por alguna razón que nunca entendí del todo, mi vida se detuvo. Mi hogar se convirtió en un refugio de ventanas cerradas y cortinas que nunca se corrían, las horas empezaron a pasar sin sentido y cada vez era más difícil saber si era de día o de noche. Dejé las clases, el trabajo y todo aquello que implicara que mi presencia sea conocida fuera de ese hogar-refugio en el que vivía, el contacto con el mundo exterior se frenó por completo. Mis amigos dejaron de serlo, nunca supe si intentaron tener señas del porqué había desaparecido, simplemente de un día a otro yo ya no existía más que en aquella casa.  Y luego de esa casa vinieron otras, de pronto despertaba en un lugar distinto. No podía ver al exterior pero cada casa es distinta y yo podía reconocerlo. Leer se había convertido en mi único escape al mundo exterior, de alguna manera siempre había algo que podía leer. El contacto con mi familia se había resumido a compartir la mesa 3 veces al día, parecía que cad

Cargando el difunto

Hasta ahora no he experimentado el sentimiento de la pérdida de un ser querido, más que cuando mis mascotas dejaron de estar con nosotros, así que no sé muy bien si la comparación que haré ahora tenga de verdad algún sentido pero es el único que le encuentro por ahora. Hace poco se me murió un amigo, de hecho creo que lo maté de a pocos y le di la estocada final con una cachetada (que al final creo que ni le dolió). La culpa no fue enteramente mía, la verdad creo que el más culpable de su muerte fue él mismo. No creo que le haya importado mucho suicidarse como amigo mío, ya hace rato no era exactamente ser mi amigo lo que quería y al final el panorama fue cambiando más hacia un odio sordo y rencor acumulado. Nunca me preguntó qué sentía, nunca me preguntó sobre las cosas del pasado que lo terminaron atormentando, siempre fue él y sus sentimientos, él y sus problemas, y no me molestaba. Lo entendía porque así era él, porque así lo había conocido, porque a pesar de lo hiriente siempre me

Un ángel está de cumpleaños

La primera vez que te vi, tenía 13 años. Vi tu silueta en el escenario tocando el saxo ( ¿era Strongers in the night o Feeling?), moviéndose poquito, como en trance, y me quedé impresionada. No sabía que ese Fito del que mis amigas hablaban siempre (y que me caía espeso de tanto escuchar su nombre) era el Adolfo Pachamango Pachamango que había anunciado un profesor en el escenario. Ese día empecé a admirarte, y dejé de escuchar con fastidio los comentarios de nuestras amigas en común. Tiempo después yo empecé a tocar el clarinete y como eras algo así como el sensei de la familia de clarinetes, te empecé a ver seguido. En ese tiempo no te conocí mucho, eras callado pero siempre dispuesto a ayudar a otras personas, siempre caminabas como si fueras procesando ideas, eras de las personas de confianza del profesor, y como a veces no nos hacías caso yo también te ignoraba un poco. No recuerdo muy bien cómo empezó nuestra amistad, creo que a finales de cuarto año me di cuenta de que solo