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Se me perdió otra vez


Señoras y señores: se me perdió el celular, OTRA VEZ. 


Si hay un defecto que me define es seguramente el de ser despistada, olvidadiza y muchas veces descuidada. He perdido un gran número de cosas a lo largo de mis 21 años, yo sé que todos en algún momento hemos perdido u olvidado algo pero lo mío ya parece una patología. Mi madre cansada de escuchar siempre todas las cosas que he perdido me dijo alguna vez: ¿Por qué no te pierdes tú de una vez?

Aquellos que recién me conocen normalmente me dan palabras de aliento y consolación cuando son testigos de alguna pérdida, pero de aquellos que ya han compartido lo suficiente conmigo como para darse cuenta de mi problema normalmente recibo recriminaciones, sermones, mentadas de madre, etc. Muchas veces he tenido la impresión de que compro cosas exclusivamente para los asaltantes ocasionales que me tocan o para regalarlo a alguien con buena estrella para encontrar las cosas que dejo por ahí. Tengo una lista interminable de cosas que he perdido y creo que mis padres además tienen cada cosa con su precio, pero puedo nombrar creo unos cuantos casos representativos:

  • Malogrando una navidad: Un 24 de diciembre iba yo con mis primos en un bus rumbo a la casa de una tía donde pasaríamos la Navidad. Siendo yo  la nieta mayor, mi abuela me encargó un abultado paquete que contenía dos regalos,unas ollas y fuentes que se usarían más tarde. Yo iba sentada junto a mi hermano mayor y me puse a jugar con él, cuando tuvimos que bajar simplemente me paré y bajé del bus dejando olvidadas las cosas que se me habían encargado. Unas horas después, ya en la casa de mi tía, mi abuela echó de menos sus ollas y fuentes y empezó a preguntar a todos en la casa por ellas. Cuando me preguntaron a mí yo simplemente dije que no sabía donde estaban y que no las había visto ni una sola vez, eso era verdad porque yo no sabía lo que contenía el paquete que me habían encargado y porque además había olvidado completamente que alguna vez me hubieran encargado tal paquete. Luego de unos minutos mi abuela recordó que había sido a mi a quien había encargado el paquete y claro todos pusieron cara de desilusión porque ya era harto sabido que yo perdía todo lo que cayera en mis manos. Y fue así pues cómo dejé sin regalos a dos de mis primos y sin ollas y fuentes a mi abuela el mismo día de Navidad.
  • A mi casa sin pantalón: Yo estaba muy entusiasmada por mis ensayos de marinera en mi colegio de primaria y aún más entusiasmada con la falda que usaba para ensayar. Todos los ensayos me despojaba del buzo de colegio y me ataba bien mi falda para los ensayos, en el tercer ensayo hice todo tan rápido que cuando terminó y fui en busca de mi buzo ya no lo encontré. No tengo idea de dónde lo dejé, quizá en una de las bancas del patio o las del corredor y cuando alguien lo encontró no se tomó la molestia de preguntar por el dueño y se lo llevó. Me quedé sin mi pantalón de buzo y tuve que caminar hasta mi casa roja de la vergüenza con una falda enorme de marinera y obviamente escuchar una vez más el sermón de mi madre acerca de cómo cuidar mis cosas.
  •  Me quedé en nada: De estos tengo 2 casos. No fueron precisamente olvidos pero sí descuidos y muy graves. El primero sucedió cuando fui a estudiar a la biblioteca de mi facultad una tarde. Ya había escuchado historias en mi facultad acerca de robos de mochilas en la biblioteca pero simplemente no pensé en eso cuando dejé mi mochila en una mesa muy cerca a la puerta de la biblioteca y me adentré a pedir un.libro. Cuando regresé a mi mesa hojeando el libro me di con la sorpresa de que no había nada sobre la mesa, primero pensé que me había confundido de lugar pero me tomó unos minutos caer en cuenta de que me habían robado. Perdí mucho esa vez, mi mochila fue encontrada dentro del campus en el baño de mujeres de otra facultad y obviamente solo habían dejado mis separatas. Por lo menos no tuve que volver a sacar copias. La segunda pasó este año, fui a un restaurante con un amigo y puse la cartera en el respaldar de mi asiento. Sí, después de haber visto muchas veces las noticias con casos de cámaras de seguridad captando delincuentes aprovechándose del despiste de las personas para llevarse sus cosas, yo no tuve mejor idea que hacer lo mismo. Me quedé sin tablet, sin celular, dinero y muchas cosas más y regresé a mi casa con las manos vacías, otra vez.
Bueno esos han sido 3 casos representativos porque yo he dejado olvidados USBs por montones en los lugares de impresión de la facultad, he perdido varios celulares, me han robado otros tantos, he perdido dinero, documentos, boletas, juguetes, regalos, útiles, casacas, chompas, un buzo, accesorios, etc. Dicen que con todo lo que he perdido mínimo tenía para la inicial de un terreno. 
Así como olvidos también he tenido robos de todo tipo; desde esos en los que el ladrón escabulle sus manos en tu cartera para llevarse tus cosas o incluso toda tu cartera, hasta uno donde terminé arrastrada media cuadra por un auto en mi afán de resistirme al robo, desde aquellos de lucha frontal hasta esos donde te arranchan las cosas sin dejarte reaccionar. Algunos amigos que me han dejado sus cosas encargadas porque dadas las circunstancias no tenían de otra, se han ido rogándome que tenga cuidado y con la cara llena de desconfianza. Pero hasta ahora han sido pocos los olvidos con cosas ajenas, de hecho ya hace muchos años que no pierdo nada ajeno debido al pánico que le tengo a perder cosas que no son mías.

En mi defensa y en la de todos aquellos con mi mismo problema tengo que decir que no lo hacemos a propósito. Que todo el tiempo vivimos el terror de perder algo o ser robados una vez más. Que ya nos sabemos muchas bromas acerca de la gente olvidadiza y que incluso nos adelantamos a ustedes en hacerlas para ahorrarles el gasto de saliva. Que muchos hemos postergado la compra de algunas cosas debido al fundado temor de que no nos duren mucho tiempo y sea dinero tirado al agua. Que generalmente adquirimos deudas o se nos desajustan las cuentas del mes debido a la pérdida o robo de algo que tenemos que reemplazar inmediatamente. Que quizá somos los que más veces han hecho el ejercicio mental del "Si hubiera..". Que para no pasar vergüenza hemos omitido ciertas pérdidas o hemos inventado alguna vez unas historias para no quedar tan mal. Que nos hemos sentido sin suerte, con mal karma, que la vida nos castiga por errores en vidas pasadas (porque por los de ahora ya nos cobró con intereses), que necesitamos baños de florecimiento y citas con chamanes, que a la gente buena no le pasan cosas buenas, etc. Que aunque ya con el tiempo hemos aprendido a tomar las cosas con calma, el hecho de que pase una vez más siempre se lleva un poco de nuestro buen espíritu. 
Ahora que pago casi todas las cosas que se me pierden por lo menos ya no siento tanta culpa como antes pero sí mucha rabia cuando caigo en cuenta de los nuevos gastos por hacer. Quiero pensar que mis constantes olvidos y robos son señales que me dicen que lo material no es tan importante y que al fin y al cabo esas cosas las puedo recuperar.


Y para subirme los ánimos me dejo (les dejo) esta canción que de un tiempo a aquí ha sido efectiva para sacarme sonrisas :)



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