Definitivamente yo quería que el 2015 fuera un año de cambios y de cosas buenas, sobretodo de cosas de las que pudiera aprender mucho. A pesar de que el inicio del año fue algo lento, pesado y de mucho estrés, desde mayo las cosas cambiaron un poco y terminaron con más cambios de los que esperaba. Y aunque no hice una lista de propósitos (sólo un año logré hacerlos) ni pedí deseos cuando soplé las velitas de mis tortas (me pongo tan nerviosa cuando soplo las velitas que ni deseo pido) parece que eso de que fuera mi año chino tuvo influencia (ahora resulta que soy supersticiosa u.u).
No pienso contar todas las victorias, las derrotas y las anécdotas del año, pero sí quiero hacer un top 10 de las cosas que he aprendido este año, cosas sobre mí, sobre como funciona la vida, sobre como funciona la gente a mi alrededor y más. Como para que no se me olvide y no se necesite de nuevos trancazos e introspecciones para recordar (o para corregir algunas en el futuro, quién sabe).
Lección 10: Soy terca, muy terca. La verdad nunca me había considerado una persona terca, pero este año he aprendido que aunque no me importe cambiar la opinión de los demás, ni moldearnos a mi manera porque respeto mucho la forma de cada uno, simplemente no dejo que se metan en mi forma de hacer las cosas. Si se me mete algo en la cabeza, tiene que hacerse y de la forma en la que lo pensé. Puedo escuchar a los demás, dejar que se preocupen por mi, pero al final las cosas terminan siendo como yo ya pensé que serían, incluso a sabiendas que me podrían hacer daño.
Lección 9: Los cambios siempre son buenos, no importa lo difícil que resulte salir de tu zona cómoda. Los cambios traen a ti grandes cosas, y si no son buenas, aunque sea grandes lecciones.
Lección 8: No todos le dan el mismo valor a sus palabras y promesas. Uno tiene que aprender a tomar las cosas que escucha por de quien vienen y por el momento en que fueron dichas. Así funciona, no te sorprendas después.
Lección 7: Hay amistades que no se pueden forzar. Por más comprensiva, tolerante y fiel que seas con una persona, a veces no es eso lo que se requiere de ti. A veces simplemente llega el momento en el que ya no se puede seguir una amistad que va dañando a ambas partes, y aunque duela soltar, es mejor a tener un final terrible como el que viví este año con alguien a quien pensé acompañar para siempre.
Lección 6: Tengo el mal hábito de hacer todo a última hora. Ya sé, ya sé, la mayoría lo tiene. Pero de verdad que este año esa mala costumbre me ha traído más de un dolor de cabeza. Así que es algo en lo que definitivamente debo trabajar.
Lección 5: Cada uno tiene su ritmo. Yo no puedo parar de tener actividades pendientes, otros se toman todo con más calma, y eso está bien. Cada uno hace las cosas como mejor se les acomode. Antes solía pensar que yo estaba loca y quizás llenaba mis tiempos sólo para esconderme, pero no es cierto. Así soy yo, ese es mi ritmo. Tengo miedo a no vivir lo suficiente, a no conocer, a no experimentar, a no tomar riesgos y luego no tener historias que contar. Me entusiasmo con facilidad y corro por todo, pero esta soy yo y me gusta. Así que quien me aguante bien, y si no, también.
Lección 4: Mi rutina y el apuro han hecho que me convierta en una persona ingrata con los amigos. A veces voy tan rápido que olvido prestarle más atención a esas personas que se preocupan por mi y me quieren. Más hacia final del año he empezado a recuperar a aquellos que había dejado abandonados, pero es algo en lo aún debo trabajar.
Lección 3: Nunca es tarde para empezar a trabajar en algo que te gusta o emprender algo. Mientras haya ganas y energía para hacer las cosas bien, todo es posible. Aún me falta trabajar en mi constancia pero poco a poco. No puedo ser una mejor persona de la noche a la mañana.
Lección 2: Me gusta la soledad, el silencio y mi espacio. Desde la primera noche que empecé a vivir sola me di cuenta que me encanta mi espacio, que nadie grite, que no haya ruido de televisión, que pueda comer sola en la cama o viendo algo en la computadora. Creo que como a veces mi vida va tan rápido, encontrarme en casa conmigo misma sin nadie a quien atender es una forma de equilibrar mi mundo.
Lección 1: Hay personas que cumplen su ciclo en nuestra vida. Toda persona así te haya dañado en algún momento han dejado algo bueno: ya sea memorias o lecciones. En mi caso por lo menos, si alguien ha tenido la capacidad de herirme, es porque primero ha tenido la capacidad de hacerme feliz, así que agradezco su presencia en mi vida. Pero hay personas que tarde o temprano deben salir, no hay sentido en tener personas a tu lado que no funcionan en tu mundo o que ya solo quieren repetir historias de las que no hay más que aprender. Los círculos viciosos siempre tienen que romperse porque no te llevan a ningún lado.
Estas fueron las 10 lecciones que más he interiorizado en este año, no sé si están en orden de importancia o en el orden que he ido recordando los acontecimientos de este año, pero ahí están. Que este año traiga más lecciones, más vivencias, más apuros, más locuras y todo lo más. Aquí con ya 24 años, yo te pongo el pecho 2016.
Lección 6: Tengo el mal hábito de hacer todo a última hora. Ya sé, ya sé, la mayoría lo tiene. Pero de verdad que este año esa mala costumbre me ha traído más de un dolor de cabeza. Así que es algo en lo que definitivamente debo trabajar.
Lección 5: Cada uno tiene su ritmo. Yo no puedo parar de tener actividades pendientes, otros se toman todo con más calma, y eso está bien. Cada uno hace las cosas como mejor se les acomode. Antes solía pensar que yo estaba loca y quizás llenaba mis tiempos sólo para esconderme, pero no es cierto. Así soy yo, ese es mi ritmo. Tengo miedo a no vivir lo suficiente, a no conocer, a no experimentar, a no tomar riesgos y luego no tener historias que contar. Me entusiasmo con facilidad y corro por todo, pero esta soy yo y me gusta. Así que quien me aguante bien, y si no, también.
Lección 4: Mi rutina y el apuro han hecho que me convierta en una persona ingrata con los amigos. A veces voy tan rápido que olvido prestarle más atención a esas personas que se preocupan por mi y me quieren. Más hacia final del año he empezado a recuperar a aquellos que había dejado abandonados, pero es algo en lo aún debo trabajar.
Lección 3: Nunca es tarde para empezar a trabajar en algo que te gusta o emprender algo. Mientras haya ganas y energía para hacer las cosas bien, todo es posible. Aún me falta trabajar en mi constancia pero poco a poco. No puedo ser una mejor persona de la noche a la mañana.
Lección 2: Me gusta la soledad, el silencio y mi espacio. Desde la primera noche que empecé a vivir sola me di cuenta que me encanta mi espacio, que nadie grite, que no haya ruido de televisión, que pueda comer sola en la cama o viendo algo en la computadora. Creo que como a veces mi vida va tan rápido, encontrarme en casa conmigo misma sin nadie a quien atender es una forma de equilibrar mi mundo.
Lección 1: Hay personas que cumplen su ciclo en nuestra vida. Toda persona así te haya dañado en algún momento han dejado algo bueno: ya sea memorias o lecciones. En mi caso por lo menos, si alguien ha tenido la capacidad de herirme, es porque primero ha tenido la capacidad de hacerme feliz, así que agradezco su presencia en mi vida. Pero hay personas que tarde o temprano deben salir, no hay sentido en tener personas a tu lado que no funcionan en tu mundo o que ya solo quieren repetir historias de las que no hay más que aprender. Los círculos viciosos siempre tienen que romperse porque no te llevan a ningún lado.
Estas fueron las 10 lecciones que más he interiorizado en este año, no sé si están en orden de importancia o en el orden que he ido recordando los acontecimientos de este año, pero ahí están. Que este año traiga más lecciones, más vivencias, más apuros, más locuras y todo lo más. Aquí con ya 24 años, yo te pongo el pecho 2016.
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